miércoles, 4 de mayo de 2011

Moeru Jonetsu

Esta es la historia, del hijo del rayo,
del marginado hijo de los dioses.
Tenía una larga cabellera plateada
y los ojos de un azul eléctrico,
una piel tersa y pálida con una boca
de la cual destacaban al abrirla
unos prominentes colmillos.
Él era un hombre bueno,inteligente,
respetuoso,amable...
pero todo el mundo le odiaba
debido a su increíble belleza.
Era alto y delgado y solía vestir
de una manera que destacaba
entre todas las personas;
solía llevar una camiseta rota enrejillada azul
encima de una camiseta negra con agujeros
y habituaba llevar un apretado corset,
casi siempre de vinilo negro,que combinaba siempre
con unos pantalones de vinilo cortados, unidos
a los calentadores mediante unos ligueros,
de forma que dejaba ver sus pálidos pero preciosos muslos,
y siempre llevaba unas botas de alta plataforma.
Solía ir con los ojos y uñas pintados de un negro intenso
que destacaba sobre su pálida piel, dándole así
una intensa mirada penetrante.
A simple vista parecía un ser sin alma, frío,
por eso casi nadie se le acercaba.
Se llamaba Sora y le encantaba la música instrumental,
tétrica, con violines,pianos y algún coro con voces blancas
y sobre todo, le encantaba la noche, la luna, las tormentas,
pues le relajaban, ya que,misteriosamente, estas
coincidían con los momentos en los que estaba triste,
irritado...
hasta que,a los 17 años, comprendió
que era él quien las creaba, y tenía el don de hacerlo
en momentos tristes,frustrantes,nerviosos...
Una noche de octubre, caminando por un cementerio,
como usualmente hacía, encontró a un hermoso joven
tumbado encima de una tumba que, al verle, se sobresaltó:
-¿Quién anda ahí?¿Quién eres?
Su voz sonaba quebrada,como si hubiese llorado, estaba muy nervioso.
-Tranquilo,me llamo Sora.
-¿Qué haces aquí?¿Te han mandado a por mi?
-No, suelo pasear por aquí todas las noches,¿por qué?
-Toda mi aldea me busca para matarme
-¿Y eso?¿Qué has hecho?
-No he hecho nada, ha sido un accidente...
-¿Qué pasó? Cuéntamelo
-¿Por qué habría de confiar en un desconocido?
-Porque así te sentirás mejor, y no soy un desconocido,
sabes mi nombre,¿cómo te llamas tú?
-Aoi...Está bien, te contaré lo que paso...Tengo...
tengo un "don", puedo crear y controlar fuego
cuando me pongo nervioso...me da igual si me crees o no
-Continua, ya hablaremos al terminar.
-Mi aldea me vio crear fuego de la nada y vino a por mi,
me puse nervioso y salí corriendo, quemándolo todo
a mi paso, casas, cultivos...pero no fue a drede,
no puedo controlarlo...
-Te creo...Yo soy capaz de crear tormentas eléctricas
en momentos como ese, tu les has quemado su casa,
yo les hubiese frito a todos...
-¿Eso es verdad?¿Tu también tienes...un don?
-Sí, es por eso que te comprendo, ¿tienes algún sitio
donde pasar la noche?
-...No...pensaba pasar la noche escondido entre algunos
arbustos.
-Ven conmigo, te llevaré a un mausoleo donde suelo
pasar las noches en las que necesito pensar.
Se miraron durante unos segundos y empezaron
a caminar.
El mausoleo estaba algo apartado, pero no tardaron
demasiado en llegar; Sora sacó una llave de su bota
y abrió la puerta.
-Es el antiguo mausoleo de mi familia, ahora está vacío,
así que, muchas noches duermo aquí, es muy amplio...,
no te preocupes, no dormiremos en ataudes.
Aoi sonrió, era la primera vez que le veía sonreir,
tenía una sonrisa preciosa.
-Voy a encender una antorcha, espera a ver si logro
encontrar...
Antes de que pudiese terminar la frase, una luz apareció
de la nada y prendió una antorcha.
-Ya no hace falta...
-¿Cómo lo has hecho?¿Estás nervioso?
Aoi se ruborizó y miró al suelo
-U...Un poco...
Sora sonrió de forma amable, lo que hizo que
Aoi se ruborizase aún más y se sintiera un poco mejor.
-¿Quiéres algo de comer?,tengo algo de fruta y carne.
Sora sacó un racimo de uvas y un trozo de carne
de una cesta y lo cocinó.
-Está muy bueno, cocinas muy bien Sora.
-Gra...gracias.
Sora se ruborizó, lo que hizo que Aoi sonriese.
-Solo hay una cama, ¿dónde dormiremos?
-...Duerme tú en la cama, debes de estar exhausto
de tanto correr.
-Pe...pero entonces, ¿dónde dormirás tu?
-Yo puedo hacerlo en el suelo, no te preocupes,
es mas cómodo de lo que aparenta.
Al ver que Aoi iba a reprocharle, sonrió
y suavemente le puso un dedo sobre los labios.
-No te preocupes,estaré bien, hay un monten de paja
aquí para casos como estos, tú duerme tranquilo.
Justo cuando Sora se iba a ir, Aoi le cogió por la muñeca,
deteniendole.
-Si tú duermes en el suelo, yo también.
-Pero no cabemos los dos en la cama.. a menos que...
-¡No dejaré que duermas en el suelo!
Sora se ruborizó y se acostó en la cama; Aoi se acurrucó
pegado a él, tan rojo que le podía confundir con un trozo
de metal candente.
-Sora...gracias por todo.
Sora esbozó una sonrisa antes de contestar
-No tienes por qué darlas, en serio, no es nada.Buenas noches Aoi.
-Buenas noches.
Se hizo el más absoluto silencio, el silencio de los muertos, solo
roto por el sonido del frío viento entrando por los agujeros
de las paredes y la puerta.
Aoi empezó a tiritar, ya que iba con ropa de verano y además rasgada,
se estaba helando, pero no quería despertar a Sora.
Aoi estubo sin poder dormir a causa del frío hasta que, sin previo
aviso, Sora se dio la vuelta y le abrazó, haciendo que quedasen
completamente juntos y acurrucados, y haciendo que Aoi se ruborizase
a más no poder.
-Espero darte un poco de calor, intenta dormir.
-N..N..No hacía falta..
-Lo se...Descansa.
Ninguno dijo nada más y Aoi, por fin, consiguió conciliar el sueño

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